En el transcurso de 2021, la palabra "metaverso" pasó a ser de uso común, lo que inspiró un animado debate mundial sobre lo que representa, si ya está aquí y quién será su propietario. Pero en 2022 todavía no tenemos una definición aceptada de lo que es.
Para explorar las posibles implicaciones del metaverso, necesitamos entender exactamente qué es e inicialmente lo podemos clasificar en tres escuelas de pensamiento.
El metaverso en teoría (como producto o servicio)
En enero de 2020, el autor e inversor Matthew Ball publicó la descripción del metaverso a la que se hace referencia con mayor frecuencia: “una red expansiva de mundos y simulaciones 3D persistentes y en tiempo real”. Según esta definición, el metaverso es un producto o servicio, con siete atributos principales que incluyen persistencia, sincronicidad e interoperabilidad.
El metaverso como lugar
El metaverso también se ha descrito como un lugar donde los usuarios pueden conectarse, interactuar y transferirse a sí mismos y sus pertenencias a través de múltiples ubicaciones digitales. Los ejemplos incluyen plataformas de juegos en las que los jugadores y sus avatares pueden pasar sin problemas de un mundo virtual a otro.
El metaverso como momento
Otra definición a considerar, describiendo el metaverso como un punto en el tiempo. Específicamente, el metaverso es el momento en el que nuestras vidas digitales se vuelven más significativas para nosotros que nuestras vidas físicas. Esta perspectiva pone el foco en la experiencia humana, haciendo que la transición al metaverso sea un cambio sociológico en lugar de uno tecnológico.
El metaverso en la práctica
La tercera definición se enfoca en aquellos que realmente construirán y usarán el metaverso: las personas. Responder preguntas sobre cómo se vería y se sentiría el metaverso, en lugar de reflexionar sobre sus características, podría resultar un punto de vista útil para predecir la ola de cambio socioeconómico que se espera que desate el metaverso.
Y si los tecnólogos tienen razón, entonces los avances técnicos de los últimos años producirán los primeros pasos de este año para hacer realidad el metaverso. El progreso se atribuirá, en gran parte, a unidades de procesamiento de gráficos (GPU) en constante mejora, motores 3D fotorrealistas, generación de contenido más rápida a través de video volumétrico e inteligencia artificial, la creciente prevalencia de la computación en la nube y 5G.