Ya sea para alimentar vehículos eléctricos (EV), drones o herramientas eléctricas, para llevar la cuenta de los pasos a través de rastreadores de actividad física o incluso para almacenar cantidades inimaginables de energía, hay un factor común que une a todos estos elementos: las baterías.
Uno de los objetos que usamos todos los días de nuestras vidas está a cargo de una de las mayores transiciones de nuestro tiempo: salvar el planeta y ser más conscientes del medio ambiente.
Desde la revolución en los vehículos eléctricos hasta el papel de las energías renovables y permitir el desarrollo de tecnología de próxima generación, la batería está a la vanguardia de todo.
La revolución EV depende de las baterías
La batería, un componente pequeño y comúnmente poco apreciado, tiene un gran peso sobre sus hombros y permitirá que muchas industrias, incluidos los vehículos eléctricos, pasen a la energía limpia y, por lo tanto, hagan que el petróleo, el carbón y el gas sean menos necesarios.
Las ventas de vehículos eléctricos alcanzaron un récord de 3 millones en 2020, un aumento del 40 % con respecto a 2019. Este crecimiento contrasta con el mercado general de automóviles, que cayó un 16 % debido a la crisis de la COVID-19. Como tal, ahora hay más de 10 millones de vehículos eléctricos en las carreteras, lo que equivale a aproximadamente el 1 % del stock mundial de automóviles.
Además, el escenario de cero emisiones netas para 2050 predice 300 millones de vehículos eléctricos en las carreteras, ya que ahora representan más del 60 % de las ventas de automóviles nuevos, en comparación con solo el 4,6 % en 2020.
Por lo tanto, con la cantidad proyectada de vehículos eléctricos que se esperan en las carreteras durante los próximos años, el suministro de baterías deberá satisfacer la demanda, lo que hará que las baterías sean un factor clave en la descarbonización del planeta.
Las energías renovables
Con el tema de las energías renovables constantemente sobre la mesa, ya no se trata únicamente de que los países sean más verdes, sino de que sean autosuficientes.
Buscando ser los más autónomos posibles en lo que respecta a la energía, las naciones están planeando cómo pueden desconectarse de los proveedores externos.
Alemania, por ejemplo, inicialmente tenía como objetivo obtener el 100 % de su energía de fuentes renovables para 2050, pero ahora apunta a 2035. Esto ilustra cómo las naciones se esfuerzan por dejar de depender de otros y, en cambio, buscar la independencia energética.
Además, una vez que se produce la energía renovable, es necesario almacenarla. A medida que los países invierten en plantas locales de producción de energía, incluidos parques eólicos y solares, también invierten en instalaciones de desarrollo de baterías.
Por ejemplo, Italia está apoyando la planta de baterías de Stellantis con 369 millones de euros, lo que destaca la importancia de la energía renovable y la confiabilidad.
El camino hacia un planeta verde
Además de usarse en vehículos eléctricos y aumentar el almacenamiento de energía renovable, las baterías también juegan un papel importante al permitir que la tecnología de próxima generación mejore la movilidad, los dispositivos portátiles y las comunicaciones, entre muchos.
De hecho, la batería se está convirtiendo en uno de los principales actores a la hora de permitir que los electrodomésticos sean más potentes y de crear un planeta más verde para nuestra generación y las venideras.
Uno de los principales inconvenientes de las baterías actualmente es la limitación del rendimiento y, en el caso de los vehículos eléctricos, tener que elegir entre autonomía y potencia.
El nuevo diseño de la batería permite que las baterías sean más eficientes, lo que abre la puerta a varias mejoras de rendimiento, como un mayor alcance y un tiempo de carga más rápido.
Estas mejoras conducirán a una adopción más generalizada de dispositivos que funcionan con baterías que, a su vez, permitirán un cambio hacia un planeta más verde.
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