No, no son lo mismo y en este artículo te mostraremos sus diferencias y características.
En palabras simples es el tiempo que tarda una solicitud en ir y regresar con la acción requerida. Es decir, es el tiempo que demora la información en llegar de un punto a otro; por ejemplo, cuánto tardan los datos en aparecer en un formulario de registro, o en un proceso de compra.
Más ejemplos: es lo que puede demorar en desplegarse una oferta que te interesa mucho; el tiempo que lleva abrir un archivo que te urge cambiar o la espera de una aplicación.
Y aunque parezca un problema menor, la latencia puede poner en riesgo la eficiencia operativa de una organización cuando se requiere contar con agilidad de reacción ante los requerimientos y necesidades de los usuarios… y en este punto sabemos que un minuto más puede significar la pérdida de un cliente.
Para medir la latencia de red, solo es necesario calcular el tiempo de ida y vuelta de los datos, y esto se hace accionando un comando (una tecla por ejemplo) y esperar que la respuesta llegue. Generalmente este proceso se mide en milisegundos (ms), y obviamente mientras sea más rápido, la latencia es menor, la velocidad de la red es óptima y se logra la eficiencia operativa.
Hay muchas variantes que pueden provocar un aumento de la latencia, incluso el mantenimiento de redes informáticas, simplemente el hecho de enviar información de un punto a otro a la velocidad de la luz, (fenómeno conocido como propagación), inevitablemente producirá un retraso. También, afecta el tamaño de la información, a mayor “peso” más tiempo le llevará llegar al punto final.
Las plataformas sobre las que corre la información igualmente intervienen; por ejemplo las conexiones alámbricas producirán distintos tipos de latencia de acuerdo a la línea utilizada, (comúnmente coaxial o de fibra óptica), y ¡Atención! Si la información viaja a través de Wi-Fi, esto aumentará el nivel de latencia.
Para empezar: ¿Qué es un ping?
Es un test de velocidad de la red que sirve para probar la conectividad entre dos servidores o dispositivos.
Haz ping a un servidor de destino: Envía un paquete de solicitud de eco del Protocolo de mensajes de control de Internet (ICMP) a ese servidor. Si hay una conexión disponible, el nodo de destino responde con una respuesta de eco. Ping calcula el tiempo de ida y vuelta de la ruta del paquete de datos desde su origen al destino, y viceversa, determinando así si se perdió algún paquete durante el viaje.
Muy bien, ahora pasemos a la definición de Ancho de Banda.
El ancho de banda es la cantidad de información por unidad de tiempo que un medio de transmisión puede transportar.
Por ejemplo, una conexión a Internet con un ancho de banda mayor puede enviar una cantidad de datos (al hablar de “datos”, nos referimos a un mensaje de texto, a una imagen o un video) más rápido que una conexión con un ancho de banda menor.
El ancho de banda suele medirse en bits por segundo, como 60 Mbps o 60 Mb/s, para explicar una tasa de transferencia de datos de 60 millones de bits (megabits) por segundo.
Lo anterior es lo que suele provocar la confusión entre latencia y ancho de banda, que como ahora vemos, no tienen mucho en común.
El ancho de banda depende del tipo de tecnología de servicio contratado.
Debemos empezar diciendo que estamos en un entorno 100% digital, de esta forma, todo lo que enviemos (archivos, videos, música, textos, etc.) se convierten y se transmiten vía "bits". Gracias a la banda ancha es posible enviar estos bits de forma efectiva y segura… claro todo depende del ancho de banda.
Para finalizar queremos decirte que NO son lo mismo. La diferencia es que la banda ancha, se refiere a la red de transmisión de datos a altas velocidades y suele usarse la fibra óptica como elemento de transportación.
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